Viaje a tu aire a Apulia, la bella y desconocida Italia

 

El Itinerario recomendado:

Día 1. España- Bari- Polignano a Mare

Salida a la hora convenida en vuelo destino a Bari. Recoge el coche de alquiler para trasladarte a tu hotel en Polignano a Mare donde te alojarás.

 

Desayuno. Polignano a Mare es un bonito pueblo frente al mar Adriático. Sus casas en blanco contrastan con el dorado de sus puertas y ventanas bellamente decoradas. El pueblo se levanta sobre un acantilado que el mar perfora lentamente. El centro histórico rezuma vida de pescadores, las calles están adoquinadas y encontraréis diversos miradores para disfrutar de las vistas de los acantilados.

El casco viejo se abre a través del Arco Marchesale y una vez lo hayáis cruzado os encontraréis en el centro histórico con sus pequeñas plazas de una pulcritud impecable. Sugerentes terrazas donde disfrutar de buenos helados italianos, pizzas y el buen hacer de las cafeteras italianas. Tras la visita del pueblo dirígete a Ostuni, donde te alojarás.

 

Desayuno. Ostuni es una ciudad blanca y bonita; parece un trozo de Andalucía en tierras de Italia.El centro histórico de Ostuni en la región de Apulia, en el tacón de la Italia peninsular se podría definir como un laberintos de callejuelas por los que ni Ariadna podría guiar a Teseo en su búsqueda del Minotauro.Además de la catedral, el principal encanto no lo tienen suntuosos palacios ni iglesias lujosas, si no que lo asumen los edificios populares que se encaraman adosados unos contra otros, pugnando por sobresalir dentro de esa uniformidad que les proporciona el color blanco. Dirígete a tu aire hacia Brindisi. Alojamiento.

 

Desayuno. Lo más importante de esta ciudad es la Vía Apia. Después de ver la catedral, es obligado acercarse a la plaza de Santa Teresa. Otrso lugares de visita recomendada son San Giovani Al Sepolcro, el Palazzo Granafei Nervegna o el Duomo. Cuando considerés conveniente dirígete hacia Lecce. Alojamiento.

 

Desayuno. Lecce, cuna del barroco en Apulia. Con edificios del siglo XVII, la ciudad posee una homogeneidad de la que carecen otras grandes localidades de la Italia meridional. El barocco leccese es una versión expresiva y exagerada de este estilo, con abundancia de gárgolas, columnas salomónicas y diablillos retozando. Lecce conserva más de 40 iglesias como la Basílica di Santa Croce, de sorprendente exterior: da la impresión de que unos canteros hubiesen tallado ovejas, dodos, querubines y bestias fabulosas. Otro festín barroco aguarda en la Piazza del Duomo, inesperado espacio abierto en medio de las cerradas calles del centro histórico. Lecce es también famosa por el arte del papel maché. Aconsejamos si hay tiempo acercarse a Salento a los Arcos de roca de la Torre de San’t Andrea. Salida a tu aire hacia la zona de Martina-Franca donde te alojarás.

 

Desayuno. Martina Franca posee un casco antiguo de callejones sinuosos, casas de un blanco cegador y, entre ellas, edificios barrocos y rococós, plazas despejadas y balcones de forja. Al centro se accede a través de una de las cuatro puertas conservadas: Puerta S. Estefano, S. Nicola, S. Maria, S. Pietro (siglo XV) o a través de la curiosa Posterla, una verdadera saetera, más que una puerta que consiente el paso de una sóla persona por vez. Muy características son las torres de Martina Franca, actualmente incorporadas al perfil urbano: Torre delle Seti, Torre del Forno, Torre dei Mulini y Torre dell’Anunciata.
Entre las iglesias destaca la barroca basílica de San Martín, edificada sobre un precedente edificio románico, S. Domenico y la iglesia del Carmen. De camino a Foggia recomendamos la visita de Alberobello es otra de las joyas de Itria, y patrimonio mundial, aunque parece no parar de crecer: más de 1.500 casas con forma de colmena y rematadas por pináculos blancos.Otra parada que merece la pena es Locorotondo, con un centro histórico apacible y peatonal, donde todo es blanco salvo los rojos geranios de las jardineras. Incluido entre los pueblos más bonitos de Italia, resulta una delicia en sí mismo. Otra población que recomendamos es Matera. 

 

Desayuno. El interior, donde se encuentra Foggia, la capital, también es muy atractivo. Destacan ahí el Tavoliere, la llanura más grande del sur de Italia, y los bosques y la vegetación recubren los Montes Daunos. Es una tierra rica en historia y tradiciones, y entre las localidades más famosas están Vieste, con su antiguo pueblo y el “Pizzomunno”, el inconfundible farallón que emerge del mar cerca de la costa. Todas las localidades poseen espléndidas playas e interesantes cuevas marinas. Peschici destaca por sus playas y sus paredes rocosas y Manfredonia ofrece una visita por la ciudad entre restos medievales y vestigios arqueológicos en el centro histórico y el Museo Nacional. Salida a tu aire hacia la Zona de Gargano, donde te alojarás.

 

Desayuno. Es una de las zonas más hermosas de Italia, con acantilados calizos, grutas, un mar brillante, bosques antiguos, orquídeas y un tupido monte bajo.Vieste, aferrada a un promontorio espectacular, es un cruce entre Nápoles y Dubrovnik, con algunas dosis de magia apuliana. Las tranquilas callejuelas del casco antiguo, decoradas con cuerdas para tender ropa, son un lugar evocador cuya falta de pretensiones es uno de sus mayores atractivos. Y en lo alto, el castillo construido por Federico II.La segunda ciudad de interés en Gargano es Peschici, un duplicado de Amalfi sobre un acantilado con vistas a un mar turquesa. El apretado casco antiguo, amurallado y con casas encaladas de estilo arabizante, se llena en verano, así que quienes prefieren la naturaleza, el Bosque de las Sombras, en el mágico interior de Gargano. Es el último vestigio de los antiguos bosques de Apulia, con pinos carrascos, robles, tejos y hayas. Alojamiento.

 

Desayuno. Bari es una ciudad histórica a cuya población universitaria aporta frescura y modernidad: bulevares señoriales y una activa vida nocturna. Casi todos los lugares de interés están en el casco antiguo, Bari vecchia, un dédalo medieval de callejones y plazas en una pequeña península, donde se apiñan 40 iglesias y más de 120 santuarios, un castillo que lo preside todo y una catedral románica del siglo XI, cuya fama palidece al lado de la basílica de San Nicolo, una de las primeras iglesias normandas de la Italia meridional. A los visitantes les gusta sobre todo pasear por la piazza Mercantile, una bonita plaza precedida por el Sedile, donde se reunía el Consejo de Bari, y descubrir alguna de sus muchas trattorias sin pretensiones donde se promociona la cucina Barese como en ningún otro lugar de Apulia. Alojamiento.

 

Desayuno. A la hora convenida dirígete al aeropuerto donde devolverás tu coche de alquiler y cogerás el vuelo destino a  España.